Todos conocemos qué ocurrió en el año 79 d.c. en las proximidades del Vesubio. Varias ciudades de su periferia como Herculano, Pompeya, Oplontis, Estabia… quedaron sepultadas y fueron redescubiertas en el siglo XVIII. Lo que sus excavaciones sacaron a la luz supuso una revolución sobre el conocimiento que hasta la fecha se tenia de la sociedad romana. Este descubrimiento provocó que Templos, Termas, Domus, Lupanares, Thermopolium, Teatro, anfiteatro, el foro, sus pinturas, sus estatuas quedaran al descubierto.
Algunos habremos viajado a estos increíbles restos romanos, y nos habremos maravillado con estas ruinas. Otros tendrán una mera referencia sobre los tesoros que allí se encuentran.
A continuación me gustaría dedicar unas líneas a describir una serie de curiosidades, de manera, que para quienes ya lo visitaron vean algunos hechos con otros ojos, y para quienes aun no pisaron dichas ciudades se animen a adentrarse en este mundo.
¿Sabias que entre los objetos sepultados se encontraron monedas de la época romana que fueron acuñadas con posteridad al año de la erupción del Vesubio?, ¿Curioso verdad? Podríamos pensar que dataron erróneamente la fecha del acontecimiento. Pero el motivo es más simple. Conocedores de los inmensos tesoros que allí quedaron sepultados, se realizaron túneles para tratar de rescatar los que aun permanecían allí. Los derrumbamientos provocaron que algunos de estos expoliadores quedaran sepultados.
¿Sabias que a los pompeyanos les gustaba hacer graffiti en las paredes? ¡En efecto!. Se han encontrado en Pompeya sobre 10.000 graffitis anónimos en las paredes, que no tenían la intención de perdurar en el tiempo, escritos por ciudadanos corrientes, para expresar sus deseos, sus inquietudes, sus amores, sus ofensas…Desde el 
típico “Marcus estuvo aquí”, hasta amorosos tales como “si alguien no cree en Venus debería mirar a mi novia”, otros mas reflexivos: “un pequeño problema se hace grande si se ignora”, sexuales: “soy tuya por dos ases de bronce”. Incluso alguien se dedicó a dejar reflejada en las paredes el resultado de alguno de los combates realizado en el anfiteatro. También se han encontrado caricaturas, como la aparecida en la villa de los misterios que ponía “Rufus est” (este es Rufo). ¡Gracias a ellos podemos conocer los pensamientos y sentimientos de los pompeyanos!
¿Sabias que el mar llegaba a estas ciudades? Si habéis estado en ellas habréis notado que no veis el mar por ningún lado. Pero esto no era lo que veían los antiguos habitantes de estas ciudades. Hasta todas ellas llegaba el mar (incluso en Pompeya el río Sarno). La erupción provocó que la línea de la costa se retirara algunos kilómetros, y en el caso del río que desviara su curso.
¿Sabias que en Pompeya existían pasos para cruzar la calle de una acera a otra (parecidos a los actuales de paso de peatones)? El hecho de encontrarse la ciudad en pendiente originaba grandes caudales de agua tras las lluvias. Es por ello, que las aceras eran bastante altas. Para facilitar el cruce de una calle, se instalaron pasaderos de una acera a
otra, dejando un espacio para que las ruedas de los carros pudieran avanzar por ellas. Comentaré como anécdota, que en la actualidad existen muchas menos de las que aparecieron tras las excavaciones, debido a que en una visita del papa Pio IX muchas fueron quitadas para facilitar el transporte por sus calles y posteriormente no fueron colocadas.
¿Sabias que ya se usaba la propaganda electoral con bastante frecuencia? Han aparecido en las calles principales unos 2600 carteles electorales en las paredes, la mayoría escritos en un tipo de letra denominado “Scripta Actuaria”, donde se pueden leer los nombres de 
unos 100 candidatos. (El termino “candidato” proviene de la toga candida (blanca) que debían llevar quienes se presentaban a ocupar un cargo publico). Teniendo en cuenta que se escriban unos encima de otros, los que mas han perdurado han sido los de los candidatos de los últimos años anteriores a la erupción. En general eran bastante simples, indicaban quien proponía el voto, a quién se dirigía y los motivos, que generalmente solían ser bastante triviales. Algunos ejemplos: “Los pescadores os suplican y desean junto con sus vecinos que hagáis edil a Cneo Helvio Sabino”, “Os pedimos que hagáis edil a Trebio. Los panaderos lo solicitan”.
¿Sabias que en Pompeya aun convivían algunas costumbres de sus antiguos habitantes, los Oscos, como la lengua y las medidas usadas en el comercio? Ello se deduce las inscripciones encontradas de grafitos escritos en dicha lengua, y además, de la inscripción de la mensa ponderaría con el patrón oficial de pesos y medidas, donde se indica que en el
siglo I se ajustó el viejo sistema osco al nuevo romano. Lo cual representaría, como indica Mary Beard en su libro “Pompeya” , un cambio con connotaciones políticas igual al ocurrido en el Reino Unido al pasar del sistema imperial de medidas (por libras y onzas) al sistema métrico décimal (por kilómetros y gramos).
¿Sabias que el erotismo en la sociedad pompeyana estaba extendida por todos sus rincones? Uno de los hechos que más sorprendieron en su descubrimiento fue la inmensa cantidad de símbolos, estatuillas, pinturas, y grafitos de tipo erótico-pornográfico que aparecieron. Salvo en el lupanar, donde por motivos obvios parecería normal este tipo de represtaciones, han surgido por todos los ámbitos de la ciudad. Son habituales las pinturas de este tipo en innumerables domus romanas, en vestíbulos, en cubículos. Incluso en las termas Suburbanas han aparecido imágenes pornográficas. También son innumerables los objetos fálicos encontrados. Hemos de tener en cuenta que en el mundo romano eran símbolo de buena suerte.
¿Sabias que en las luchas de gladiadores existía la figura de los auxiliares y del árbitro? Así se atestigua en una de las pinturas perdidas del muro que rodeaba la arena del anfiteatro de Pompeya.
He indicado únicamente algunas de las incontables curiosidades que podemos extraer de la información que nos presentan los restos arqueológicos de estas maravillosas ciudades de la Campania. Espero que hayan despertado, al menos, vuestra curiosidad para seguir profundizando en este apasionante viaje por el tiempo.
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